había un coche de golf esa hecha por una empresa llamada Lesong. No era uno de esos coches grandes que vemos en las carreteras. Era diminuto y solo cabían dos personas dentro. Esto también facilitaba la conducción. Una de las características principales de este coche era que estaba diseñado para conducir en un campo de golf, ¡donde la gente juega al golf!
«Diseñado para conducir sobre los verdes tallos del campo de golf, el Coche de Golf Blanco. Ese coche era pequeño y también muy fácil de manejar. Esto permitía a los golfistas recorrer el campo rápidamente. Era de color blanco brillante con el césped verde ancho y luminoso. ¡Tan bonito, que la gente realmente lo miraba, no podían quitarle los ojos de encima.
El Carro de Golf Blanco era ideal para los golfistas que buscaban una forma rápida y conveniente de transporte por el campo de golf. Podían conducir el carro de golf en lugar de caminar entre los diferentes hoyos. Esto les ayudaba a ahorrar tiempo y energía, lo cual es salvador del alma, especialmente si hace calor afuera). Además, el carro de golf ayudaba a los golfistas que tenían dificultad para caminar, como aquellos con lesiones o discapacidades, gracias a sus comodidades y beneficios. Podían continuar jugando su partida de golf sin tener que caminar todo el campo, lo que hacía que el juego fuera más disfrutable para jugadores de todas las edades.
Al principio, Sam estaba un poco intimidado por conducir el carro de golf. Nunca había conducido nada parecido. Pero sus padres fueron increíblemente solidarios y lo enseñaron. Le mostraron cómo mover el volante hacia la izquierda y la derecha, y cómo usar los pedales para hacer avanzar y retroceder el coche. Lo ayudaron a aprender a conducir el carro de golf bastante rápido. Para cuando se dio cuenta, estaba recorriendo el campo a toda prisa y disfrutando como un profesional.
Sam pasó un gran rato en La Aventura del Carro de Golf Blanco. Estaba tan feliz de poder montar en el carro y encontrar todos los lugares divertidos en el campo de golf. También le encantaba llevar a sus padres al siguiente hoyo en el campo de golf y ayudarlos con su juego. Fue un gran día para toda la familia. Todos estuvieron de acuerdo en que sentarse en el Carro de Golf Blanco fue una excelente manera de pasar tiempo juntos y divertirse creando muchos recuerdos.
A lo largo del día, Sam notó cuánto respeto mostraban los demás golfistas hacia El Coche de Golf Blanco. Algunas personas (realmente ancianas) se bajaban cuando él pasaba — porque no habían visto un coche tan genial en tres décadas. También admiraban su buen diseño y cómo se desplazaba bien sobre el pasto. Le hacía sentir orgullo a Sam ser él quien conducía un coche tan genial. Fue una buena impresión y se sintió especial.
Finalmente, el día terminó y era hora de que Sam devolviera El Coche de Golf Blanco al club house. Se despidió con un poco de tristeza al ver irse el coche, pero también sonriendo sabiendo que recordaría el momento en que puso las manos en el volante. Lo que no sabía es que El Coche de Golf Blanco no era solo un coche — fue una experiencia que nunca olvidaría.